No se ha inventado un elixir de la eterna juventud, pero con una alimentación y hábitos de vida adecuados, podemos mantenernos sanos y en forma durante mucho tiempo.

Según la MTC, la esencia es la sustancia sutil que permite la regeneración y el crecimiento de los tejidos.

Se describen dos tipos de esencia:

• La esencia prenatal. Es la que heredamos de nuestros padres, la esencia de la que disponemos al nacer. Determina la fortaleza de nuestra constitución y la expectativa de vida.

• La esencia post-natal. Es la que obtenemos a partir de la digestión de determinados alimentos.

Consumimos esencia a diario, tanto prenatal como post-natal. Si uno dispone de poca esencia post-natal, consumirá más esencia prenatal de lo debido.

Hay que tener en cuenta que cuando consumimos totalmente nuestra esencia prenatal, morimos. Entonces, cuanta más esencia post-natal acumulemos, mejor conservaremos nuestra reserva de esencia prenatal, lo cual influirá en nuestra salud, nuestra vitalidad y nuestra capacidad para regenerarnos y mantenernos jóvenes.

Los alimentos que restituyen la energía son, sobre todo los granos: es decir, las semillas, legumbres, cereales integrales en grano o los frutos secos. También son reconstituyentes los aceites de primera presión en frío y el pescado de buena calidad.

De ahí la importancia que deben tener en nuestra dieta. Un grano entero (por ejemplo, un grano de arroz), es rico en esencia porque conserva la capacidad de germinar, de producir vida. No ocurre así cuando ya ha sido procesado.

Extracto del libro ·Nutricion energética para la salud del sistema digestivo”, Ed. Edaf, Jorge Pérez-Calvo.